Un Proceso Digital Básico

Sigo recibiendo preguntas en torno a la capacidad de una cámara digital para brindar resultados aceptables en situaciones de muy alto contraste. Creo que la respuesta es simple: en un mundo ideal, cada foto que sale de la cámara sería perfecta: la exposición perfecta, el color perfecto, la composición perfecta... Pero en la realidad, la toma fotográfica es sólo parte de un proceso.

La producción de una imagen no termina en la cámara. Al igual que en los tiempos de la fotografía análoga, se busca la mejor exposición ahí, pero las más de las veces, en especial cuando nos topamos con situaciones de alto contraste, hay que trabajar en la post-producción. Antes se hacía en el cuarto oscuro; hoy se hace en la computadora.

Veamos. La fotografía siguiente, tomada por mi buen amigo Jesús López Reyes, es un ejemplo claro de una decisión difícil. Si expongo para el exterior, como en este caso, pierdo las sombras; si expongo para el interior, pierdo las altas luces.

Para conservar la tonalidad del cielo azul y el detalle del vitral sobre la puerta del tranvía, fue necesario exponer para el exterior. Y aunque se podría pensar que el interior no es tan importante, la siguiente imagen, ya trabajada en post-producción, nos demuestra que rescatar los tonos de la madera sí valía la pena.

Cabe mencionar que semejante rescate de sombras fue posible gracias a que la foto está en formato raw, de otro modo, la mayor parte habría quedado como negro total. En este caso, se usó Aperture, de Apple, sólo para dar luz a las sombras más profundas sin afectar la zona de las altas luces, en un proceso no destructivo y cuidando que no se produjera  "clipping", un fenómeno común en la fotografía digital que se presenta cuando se llega al límite de la información. La revisión constante y cuidadosa del histograma durante el proceso es importante en ese sentido.

Si deseas resolver una duda sobre fotografía digital o sobre los procesos de post-producción, envíanos un correo a info@iconofilia.com.