De lo Automático a los Procesos Controlados

Mucha gente, en especial bajo el pretexto de la practicidad, dispara siempre en formato JPEG y con todo en automático. Un argumento para ello es que de esta manera es menos probable que se les vaya una buena foto. El argumento tiene cierta validez, pero entonces, y en particular en el caso de quien ha comprado una DSLR, ¿de qué sirvió la inversión en una buena cámara? Esto casi equivaldría a llenar la despensa con comida que nunca vamos a consumir.

En gran medida, el propósito de adquirir una buena cámara debería ser aprender a usarla y sacarle todo el jugo posible. Pero tal parece que siempre hay una cierta "urgencia" por salir a tomar fotos, aunque en el proceso se pierda todo el potencial de la cámara. Y, generalmente, cuando hacemos esto, lo primero que hacemos es ir por el camino fácil: dejar todo en manos del sistema de la cámara.

Claro está que las cámaras actuales producen resultados muy aceptables en modo automático y hay, incluso, fotógrafos profesionales que prefieren hacer las cosas así. Sin embargo, vale la pena decir que los algoritmos utilizados por los fabricantes, especialmente cuando se trata de guardar las imágenes en formato JPEG, están pensados para situaciones en las que no se piensa someter las fotos tomadas a ningún proceso de post-producción. Tal sería el caso de los fotógrafos de bodas, quienes suelen tomar tantas fotos que su flujo de trabajo usualmente no contempla los ajustes posteriores en la computadora en virtud de la cantidad de trabajo que esto representaría.

Pero para el fotógrafo que gusta de pensar una imagen antes de capturarla, esto no tendría sentido, pues gran parte de los resultados esperados se lograría sólo en la post-producción. Para ello tendría que disparar en RAW y no en JPEG, pues, como hemos comentado anteriormente, la imagen "cruda" ofrece muchas más posibilidades de ajustes y correcciones "post facto".

Y aquí es donde vale la pena aprender un poco más. El fotógrafo novato suele recurrir de inmediato al uso de software como Photoshop para la corrección o manipulación de las imágenes, pero hay que recordar que Photoshop es una herramienta destructiva y que la única manera de mantener a buen resguardo nuestras preciadas imágenes originales es trabajar con duplicados de las mismas, lo que exige una mucho mayor capacidad de almacenamiento, sobre todo, porque también hay que mantener respaldos de las imágenes trabajadas.

Nuestra sugerencia es, entonces, que antes de llegar a Photoshop se haga todos los ajustes y correcciones posibles de manera no destructiva. Es aquí donde los editores paramétricos, como Aperture y Lightroom, ofrecen una ventaja importante.

Estos editores son relativamente sencillos de usar cuando ya se cuenta con conocimientos básicos de fotografía, pues se tiene una noción más firme de lo que se requiere o de lo que se desea. Las más de las veces, una vez que conoce la edición paramétrica—que puede incluir ajustes post facto de la exposición, del balance de blancos, del contraste, del encuadre, del color, etc.—el fotógrafo descubre que no era necesario llegar a Photoshop para el tipo de ajuste o corrección que deseaba hacer.

Iconofilia ofrece un Taller de Edición Paramétrica con Aperture, dirigido a usuarios de Mac, y un Taller de Edición Paramétrica con Adobe Lightroom, para usuarios tanto de Mac como de PC. Y no se trata nada más de mostrarle al participante para qué sirve cada función del programa: en estos talleres, dirigidos tanto al profesional como al aficionado serio, se busca diseñar un flujo de trabajo que permita a cada fotógrafo hallar la secuencia de procesos que mejor se ajuste a su estilo de trabajo.

Una vez que diseña un flujo de trabajo efectivo, el fotógrafo notará que el tiempo le rinde mejor, cosa importante cuando la carga de trabajo se acumula. Así mismo, sus resultados serán más consistentes, lo que contribuirá, sin duda, a consolidar su estilo y la calidad de sus imágenes, sean éstas para impresión o para uso en la web. Desde la selección de las fotografías que vale la pena conservar hasta la forma más segura de guardarlas y respaldarlas, pasando por todos los ajustes necesarios o deseados, el proceso se realiza siempre sin alterar las imágenes originales y sin generar copias y copias que sólo saturan los discos duros. ¿Qué podría ser mejor que esto?

Te invitamos a conocer más sobre estos procesos no destructivos. Visita nuestro sitio web o síguenos en Facebook o Twitter. Tenemos muchas más cosas interesantes para ti.



Iconofilia es un espacio de fotógrafos para fotógrafos, lo que nos permite abordar la instrucción desde una perspectiva perfectamente centrada en las necesidades de nuestros alumnos, es decir, cuando ofrecemos un curso—tanto en la modalidad presencial como en línea (en tiempo real, no a través de videos pregrabados)—es porque nosotros mismos hemos puesto en práctica, en el trabajo cotidiano, lo que vamos a enseñar. Esto nos distingue de muchos otros centros de enseñanza y brinda a nuestros alumnos la seguridad de que aprenderán de verdaderos profesionales.

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