Ser o no ser... fotógrafo profesional

Como todo artículo de opinión, imagino que éste servirá sólo para echarle más leña al fuego sin llegar a conclusión tajante alguna, pero como me divierte escribir, aquí va.

¿Qué es un “fotógrafo profesional”?

Nótese que pongo el término “fotógrafo profesional” entre comillas. Eso es porque no creo que exista algo así. Al menos, no, en los términos que hasta ahora se plantea.

Hay quienes opinan que profesional es aquél que cobra por lo que hace. Yo pienso que no se trata de eso y tengo un argumento para sustentar esta opinión: me he topado con un sinfín de conductores de taxi o de autobuses urbanos que cobran por lo que hacen y no por ello podríamos considerarlos conductores profesionales.

Ah, y estas personas también ejercen su actividad durante varias horas al día y lo han hecho, quizá, por varios años sin que su capacidad mejore, así que el simple hecho de haberse dedicado mucho tiempo a lo mismo tampoco hace de alguien un profesional.

Por ahí leí un artículo en un blog en el que se dice que tampoco los estudios hacen que alguien sea un profesional. Quizá no, pero para la mayoría de los mortales, es el mejor camino para llegar. En efecto, hay casos de genios que dejaron la escuela y luego fueron sumamente exitosos en aquello a lo que se dedicaron, pero eso no es la norma. No aplica al común de la gente. El común de la gente tiene que sentarse a estudiar si quiere llegar a ser bueno en algo. Y no me refiero a una educación formal; no. Cualquier tipo de educación, bien encauzada, podría ser suficiente, pero debe haber una capacitación. Siempre.

Pero volviendo al término “profesional”, me gustaría decir que es responsabilidad de cualquiera que ejerza un oficio o una actividad lucrativa el buscar la satisfacción de sus clientes. Es lo mínimo que se debe hacer. Eso, si lo que se busca, paralelamente, es mantener una buena cartera de clientes. Muchos sólo ven el lado económico de su actividad y si el cliente recibe un producto o servicio de calidad o no, poco les importa o de plano ni cuenta se dan. Aquí es donde yo veo el primer obstáculo para ser profesional.

Creo que el primer paso hacia ser profesional es asumir lo que se es, totalmente, con total responsabilidad y con total claridad. Nadie que no esté convencido de lo que es o que no tenga claro lo que busca podrá tener el éxito que espera. Cada profesión u oficio conlleva una convicción, un grado de identificación y congruencia con lo que se hace. Y eso implica dedicarse, prepararse, estar abierto a los cambios y retos que la actividad nos imponga. Nadie se ha hecho profesional aferrándose a viejos paradigmas. La gente de éxito es la que va a la vanguardia, la que tiene los conocimientos y las herramientas para enfrentar cualquier nuevo modelo de trabajo que se presente; la que mantiene, en todo momento, los más altos niveles de calidad.

Finalmente, no basta con agregar la palabra “profesional” a la actividad que ejercemos para que toda esa identificación, congruencia y calidad se den. Vamos, ni siquiera sirve para que la gente nos vea con mayor respeto. ¿Cuándo han visto un “abogado profesional”, un “médico profesional” o un “ingeniero profesional”? El respeto, el prestigio y el éxito sólo se logran siendo bueno en lo que se es; demostrando con hechos lo que se pregona.


Yo, por eso, soy simplemente fotógrafo.

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