¿Por qué es importante componer en cámara?

En tiempos de la fotografía análoga, el fotógrafo que se preciaba de ser muy bueno hacía sus composiciones a cuadro completo. Tanto así, que en ocasiones imprimía sus fotografías incluyendo el borde del negativo, para demostrar que no había habido algún recorte posterior. De hecho, muchos concursos así lo exigían.
Hoy, entre la posibilidad de la edición digital y una aparente falta de interés (¿capacidad?) para hacer bien las cosas desde el principio, todo es distinto y en muchos fotógrafos predomina el concepto de “disparar para recortar”.
Ya sea que se trate de enderezar un horizonte o de reencuadrar para lograr una buena composición, una gran mayoría acaba recortando sus imágenes, en mayor o menor grado, en postproducción.
Veámoslo así. Si yo no pongo atención en el horizonte, tendré que enderezar la foto. Con este ajuste se pierde siempre algunos pixeles cerca del borde de la imagen. Eso afecta no sólo las dimensiones finales de la foto, sino también mi composición. Entonces, reencuadro para recomponer—o, en muchos casos, para lograr la composición que no cuidé al momento de hacer la toma—y ahí pierdo otros cuantos pixeles.
Luego, a la hora de imprimir, como no puedo imaginar formatos de papel que no sean los comunes, vuelvo a recortar la foto y vuelvo a reencuadrar para recomponer. Al final, acabo perdiendo, quizá, una tercera parte de mis pixeles originales o más.
Para ilustrar lo anterior, les dejo este ejemplo. Empiezo con una imagen de 10 megapixeles (3872 x 2592) en la que el horizonte está chueco.

Al enderezarla, pierdo 1.2MP (3638 x 2436).

Luego, al cambiar las proporciones de la imagen para ajustarla al formato estándar de 8 x 10 pulgadas, pierdo 1.4MP más (3045 x 2436).

Finalmente, al reencuadrar para mejorar la composición, pierdo 0.7MP más.

En total, de los 10 MP que tenía al iniciar, sólo me quedaron 6.7, es decir, perdí el 33 por ciento. Si quisiera imprimir con una resolución de 300 pixeles por pulgada, sin hacer crecer la imagen original, en lugar de las 12.9 x 8.6 pulgadas que me da el archivo de 10MP, sólo podría lograr 9.7 x 7.7 pulgadas.
Y, desde luego, mientras menos nos fijemos en la composición a la hora de la toma, nuestras posibilidades de perder mucho más aumentan.
Simplemente, en el mero proceso de impresión podríamos perder una buena cantidad de pixeles gracias a la diferencia que existe entre el formato nativo de la imagen y los formatos estándar de papeles. Para ampliar la idea, con el simple factor de recorte para imprimir una 8 x 10 a partir de un archivo de 24 megapixeles, perdemos 4MP. 

¿Cómo evitar esta pérdida de pixeles? Les recomiendo componer en su cabeza antes de disparar y tomar en cuenta el destino final que vayan a dar a la foto en cuestión. Y, si tienen tiempo y ganas, los invito a participar en mis talleres de Conciencia Visual, diseñados para aprender a ver antes de disparar. Más información en http://iconofilia.hectorulloa.com. Y si les pareció interesante esta entrada del blog, por favor, pónganle un "me gusta" o un comentario. La retroalimentación siempre es bienvenida.

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